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He's going to arrest the Patrician, Vimes told himself, the thought trickling through his brain like an icy rivulet. He's actually going to arrest the Patrician. The supreme ruler. He's going to arrest him. This is what he's actually going to do. The boy doesn't know the meaning of the word 'fear'. Oh, wouldn't it be a good idea if he knew the meaning of the word 'survival' . . . - Vimes reflexiona cuando Zanahoria intenta multar al Patricio por aparcar su carro en zona prohibida y llevar una rueda desnivelada.
Si hay una novela del Mundodisco sobre la que hay un acuerdo prácticamente unánime, ésta es ¡Guardias! ¡Guardias!. Es una de las mejores entregas de la saga. Por muchos motivos, cada lector tendrá los suyos, pero de entre los más esgrimidos, encontramos:
- Es la primera novela de la Guardia. Por tanto, es la primera vez que conocemos a sus personajes, esos que tantísimo nos harán reír y pensar en novelas posteriores. Incluido al recién llegado, el Capitán Zanahoria, todo un descubrimiento y con el que Pratchett juega hábilmente para colocarlo en situaciones en las que su transgresor sentido de la ley y el orden provocan situaciones divertidísimas. Al decir transgresor, me refiero, claro, a los estándares de Ankh-Morpork.
- El dragón. Ese ser mitológico que, invocado por una hermandad secreta, pasa de ser un arma arrojadiza a hacer las cosas por su cuenta, llevando el caos a la ciudad y dando pie a momentos míticos y fundamentales para posteriores entregas, como [[spoiler]] la primera escena romanticona entre Vimes y Lady Ramkin [[/spoiler]].
- El Patricio. Una de las pocas veces en las que se aprecia algún rasgo de vulnerabilidad en el incorruptible Vetinari es cuando [[spoiler]]termina encerrado, aunque no por mucho tiempo, en las mazmorras a manos de uno de esos secundarios que no duran más que un puñado de páginas [[/spoiler]]. Su relación con Vimes es una de las más jugosas del Mundodisco, llena de dobles sentidos, metáforas y referencias constantes a nuestro mundo y a lo que entendemos por relaciones de poder. Un personajes fundamental para entender el funcionamiento de una de las ciudades ficticias más interesantes y estudiables de la literatura moderna. En ¡Guardias! ¡Guardias!, además, está sublime cada vez que habla.
- La novela detectivesca. El hecho de que Pratchett escriba fantasía muchas veces nos impide ver claramente su talento en otros ámbitos muy diversos. Ha demostrado con creces ser un genial cronista de guerra, un divulgador intachable y, aunque no se ha ganado la fama por sus oscuras y geniales tramas policíacas, lo cierto es que los volúmenes de la Guardia se disfrutan un montón por ser, habitualmente, los que mejor estructurados están y que escapan ligeramente al caos al que estamos acostumbrados en sagas en las que la magia está presente. Esto da al argumento que habitualmente sigue esta subserie, siempre basado en algún crimen de magnitud variable, una cohesión de la que muchas veces adolecen otros títulos.
- Los antihéroes. El Mundodisco está plagado de antihéroes. Y Ankh-Morpork concentra la gran mayoría de ellos por ser una ciudad decadente y casi cyberpunk en la que lo peor de lo peor inunda casas, bares y callejones. Rincewind o Moist von Lipwig son algunos ejemplos claros. Y aunque el Vimes que todos tenemos en mente es el de un policía íntegro y con unos valores de acero, releer ¡Guardias! ¡Guardias! nos recordará a ese Vimes perdido y sin rumbo que, compartiendo destino con la Guardia de la ciudad, no se enfrentaba a los problemas como lo hará en posteriores novelas.
Sobre Vimes: un personaje único, espectacular, lleno de fuerza, ingenio, malos modos, colérico, malhablado, cabrón y con demasiada experiencia en patrullar con sus botas oficiales las calles frías y húmedas de la Ankh-Morpork que nunca duerme de noche. Pero al mismo tiempo, su extremo pragmatismo, su facilidad para ver lo que realmente hay delante (una cualidad muy apreciada por Pratchett, parece), y su divertidísima falta de tacto lo convierten en uno de los símbolos del Mundodisco, y seguramente, uno de los personajes que mejor defiende argumentos que el propio Pratchett defendería (utilizando muchos más tacos de lo normal). Sus reflexiones sobre el poder, la política y el dinero, tanto en esta novela como en las posteriores, son siempre deliciosas.
En GoodReads leí un comentario sobre este libro, sobre Vimes concretamente, que venía a decir algo así como que se veía la evolución de un policía hundido que poco a poco iba quitándose el polvo de la casaca para terminar luciendo impecable, tanto por fuera como por dentro. Me gustó mucho.
En ¡Guardias! ¡Guardias! tenemos de todo lo que podríamos querer en una buena novela, todos los tópicos que siempre nos gusta leer a los fans del Mundodisco, pero especialmente bien hilados, fluyendo rápidamente con ese estilazo divertido y lleno de gags que sólo Pratchett es capaz de utilizar. Hay mitología, magia, crímenes, protagonistas con personalidades opuestas, momentos emotivos, acción, y cómo no, esa fundamental sensación de que cada vez que uno lee Vetinari, espera algo genial, un comentario, una acción, una reflexión... Y no defrauda nunca, aunque lo mejor siempre reside en cómo interacciona con sus subordinados (todos los demás), y en cómo este malabarista de la semántica y los silencios se gana el carisma y la admiración del lector y del pobre diablo que tiene la desgracia de enfrentarse con él.
La Guardia es mi subserie favorita porque los libros son divertidos, ácidos y reflexivos, pero al mismo muy bien estructurados (en general), y las tramas detectivescas, repito, se le dan mucho mejor a Pratchett de lo que en general se le reconoce.
También es importante recordar que esta novela es una de las mejor consideradas para empezar a engancharse al Mundodisco. Así que, novatos, ya sabéis.
Para los que no juegan a videojuegos, recordarles que el argumento principal del videojuego Discworld está basado en esta novela.
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3 comentarios:
Ahí en mi estantería está mi ejemplar de Martínez-Roca (aquella colección Gran Fantasy que tanto hizo por traernos a España a Pratchett, a Tim Powers, a Robert Holdstock y a tantos otros). No recuerdo mucho de la novela excepto que me encantó.
Cada vez que reseñas un clásico me dan ganas de releerlo :)
Por mas que me estrujo las neuronas no se cual es mi favorito, si ¡Guardias¡ ¡guardias¡ o Hombres de armas, dejemoslo en que los dos libros son BRU-TA-LES.
Es que a mí todos los de la Guardia me parecen profundísimos y con una calidad enorme. Hasta Jingo!, que es como el margi, me parece bueno.
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