There are *no* inconsistencies in the Discworld books; ocassionally,
however, there are alternate pasts. (Sir Terry Pratchett, alt.fan.pratchett)

The Science of Discworld III - Darwin's Watch


Terry Pratchett, Discworld, Ian Stewart, Jack Cohen, Rincewind, Unseen University, Ankh-Morpork, Evolution, Charles Darwin, Mundodisco, Evolución, William Paley, Richard Dawkins

`That? Oh, it's just the Luggage,' said Rincewind. The man didn't move. `Sapient pearwood, you know?' Rincewind carried on, watching him anxiously. `It's very clever wood. You can't get the very clever wood any more, not around here.'
`It moves about?' said the possible professor.
`Oh, yes. Everywhere,' said Rincewind.
`I know of no plant life that moves about!'
`Really? I wish I didn't,' said Rincewind, fervently, gripping the man a little tighter. `Come on, after a nice warm drink you'll-'
`I must examine it closely! I am aware, of course of the so-called Venus Fly-'
`Please don't!' Rincewind pleaded, pulling the man back. `You cannot botanise the Luggage!'
The bewildered man looked around with a desperation that was shading into anger.
`Who are you, sir? Where is this place? Why are all these people wearing pointy hats? Is this Oxford? What has happened to me!'

Charles Darwin conoce a Rincewind y al Equipaje

Con este post cerramos la subserie The Science of Discworld, tras The Science of Discworld y The Science of Discworld II: The Globe.

En esta tercera entrega, el argumento sigue retorciéndose y bordeando el absurdo (y en ocasiones, zambulléndose en él con los pies atados a una roca muy pesada). Recapitulemos: en The Science of Discworld, los magos de la Universidad Invisible intentan "divividr el thaumo" en uno de sus experimentos (una de las muchísimas alegorías al mundo científico, en este caso a la indivisibilidad del átomo, el cual, como bien dijo Einstein, "es muy difícil de romper, aunque no tanto como un prejuicio"). Sin embargo, esto provoca que se cree un mundo circular, gentileza del superordenador HEX, al que creo que habría que hacer más caso, porque parece ser uno de los personajes más inteligentes y justos del Mundodisco. A este mundo circular lo bautizan como Mundobola. Este descubrimiento despierta enormemente el interés de los docentes (es un decir) de la Universidad, ya que se rige por unas reglas diferentes a las del Mundodisco. En The Science of Discworld II: The Globe, los magos se erigen como protectores del Mundobola, guiando a la humanidad tal y como la historia cuenta, y evitando la invasión de los elfos en el mundo. Sin embargo, parece ser que esta intromisión provoca un efecto mariposa, desencadenando un futuro en el que la humanidad se extingue como consecuencia de una (otra) glaciación. Esto resulta estar íntimamente relacionado con el futuro paralelo que se crea como consecuencia de la manipulación a la que los magos someten al Mundobola. En este futuro paralelo, un tal Charles Darwin nunca escribió El Origen de las Especies, ni realizó ningún trabajo de investigación que resultara revolucionario para la concepción de la vida, sino que se convirtió en un pastor (religioso) de pueblo, y escribió un libro llamado La Teología de las Especies (en inglés, The Ology of Species). Esto provoca un retraso de varios siglos en el avance centífico y tecnológico de la humanidad, e impidiendo que existan medios para escapar de la tierra en el momento de la devastadora glaciación.

Una vez contextualizado un poco el libro, pasamos a analizarlo con algo más de detalle.

En primer lugar, el título me parece tener un doble sentido de la misma manera que pasaba en la segunda entrega, llamada The Science of Discworld II: The Globe. En este volumen, The Globe venía a referirse, claramente, al mítico teatro en el que William Shakespeare estrenó gran parte de sus obras, y es que para comprender la sociedad isabelina de Mundobola, los magos entran en contacto con el escritor más venerado de la historia, puesto que es el ejemplo de que los hombres han evolucionado hasta el punto de ser capaces de crear arte objetivamente bello. Y se convierten, así, en un blanco fácil para los elfos y su constante cacería de almas por medio del embelesamiento y la seducción cultural. Sin embargo, The Globe indicaba una clara referencia a la forma esférica que tantos quebraderos de cabeza da a los magos, empezando por, cómo no, la forma de la Tierra. Aunque no la única, ya que Ponder Stibbons es muy claro en subrayar la sorpresa que le produce el hecho de que la luz se pueda doblar, mostrando así un comportamiento muy distinto al de la luz del Mundodisco.

En The Science of Discworld III: Darwin's Watch, también se aprecia un doble sentido. En primer lugar, podríamos traducir este subtítulo por El reloj de Darwin. Aquí merece la pena detenerse un poco.

El gran tema sobre el que gira el libro que nos ocupa es la dicotomía entre Diseño Inteligente y Diseño Evolutivo. Es decir, la oposición entre una postura que se postula en favor de la existencia de un Dios, argumentando que los diseños que nos rodean evidencian la existencia de un diseñador inteligente, y, por contra, la postura que se sostiene en los cimientos de la evolución darwiniana: la evolución se da por combinaciones genéticas aleatorias que pueden desembocar en descendencia más apta para la supervivencia y, por tanto, con más probabilidades de sobrevivir y de transmitir sus rasgos, alimentando el meme (cuestionado en un interesante pasaje del libro) que todos conocemos sobre la evolución: La supervivencia del más apto.

Para sostener la teoría del diseño inteligente, se hace una referencia a la analogía del relojero, enunciada por William Paley, y que se puede resumir en (extraído de Wikipedia): si encontráramos un reloj abandonado, la compleja configuración de las partes nos llevaría a concluir que todas las piezas han sido diseñadas para un mismo propósito y dispuestas para un uso concreto, y que alguna inteligencia superior debió hacerlo.

Por otra parte, Darwin's Watch también se podría traducir como La Vigilia de Darwin, o La Observación de Darwin. Y creo que esto tiene sentido en tanto que un Charles Darwin ficticio es abordado por unos vehementes magos, que le muestran algunos aspectos totalmente increíbles (como la existencia de un Dios de la Evolución en el Mundodisco), lo que le supone, aunque sea en lo que él cree que es un sueño, convertirse en un observador privilegiado sobre una teoría evolutiva que, combinada con su investigación, dará lugar a uno de los libros más influyentes de la historia de la humanidad. Hay una escena, en la que este Dios le cuenta a Darwin algunas de las mejoras que tiene pensadas para las especies animales de la tierra (como conseguir ballenas voladoras, por ejemplo), y se las muestra, que es mítica.

Por lo que se refiere al libro en sí, la estructura es fácilmente reconocible para quien haya leído los dos capítulos anteriores, intercalando episodios de divulgación científica con los capítulos de la historia del Mundodisco, con los magos como protagonistas.

No obstante, en este caso creo que no existe una coherencia ni una homogeneidad tan exquisita, como sí la hubo en los dos libros anteriores. En los capítulos científicos, escritos por el matemático Ian Stewart y el biólogo Jack Cohen, llama la atención el desajuste en el tema al que los autores nos someten. No he comprendido muy bien el porqué de la explicación de ciertos temas, algo que no me ocurrió en los dos episodios ya comentados aquí, y creo que hay intentado condensar demasiada información en poco espacio. Esto, y quizá puede ser problema del idioma (o de lo denso de ciertos temas), me ha hecho pasar alguna página sobre temas que me resultaban totalmente incomprensibles. Aunque fascinantes, temas como los viajes en el tiempo o detalles matemáticos de lo más duro (o no, pero al menos a mí me lo parecieron) me han obligado a detenerme mucho más de lo deseable en, incluso, párrafos de tres líneas, para conseguir entenderlos.

La parte, pues, de divulgación científica, es la más floja de los tres libros de esta subserie, mientras que, por contra, la historia contada por Pratchett, desde el principio hasta el final, va creciendo en interés, hilaridad y fuerza.

Me pareció acertadísima la inclusión de Shakespeare como personaje, y me parece aún mejor que lo haya hecho con Darwin. Les regala pocas líneas, supongo que para evitar caracterizarlos con un estilo propio cuando estos personajes realmente sí existieron. Sin embargo, la caracterización del científico es genial, transmite la sorpresa de quien acaba de tener una revelación que hace temblar los cimientos de su escala de valores y sus creencias (en el libro se nos recuerda que Darwin no era un ateo en el sentido que hoy damos a esta palabra), y nos hace sentirnos muy cómplices, muy cercanos a un hombre (joven aún) que se encuentra apabullado ante el descubrimiento que sabe que dentro de poco revelará.


The Science of Discworld III: Darwin's Watch también ofrece una explicación detallada sobre qué es el método científico (recordemos el reloj de Paley), cómo trabaja la ciencia, cómo se ha ido construyendo un sistema ampliamente difundido y arraigado en todo el mundo, y cómo se contrapone este método al teológico, basado principalmente en un dogma de fe sin el que sería inexistente. En este sentido, hay algunos ataques duros a los fundamentalismos religiosos, algo que no debería sorprender, sobre todo teniendo en cuenta el contexto sobre el que gira el libro, y también, el perfil de estos tres autores. Sólo faltaba Richard Dawkins... pues no, no faltaba. También aparece, y es que no hay que olvidar que es el cerebro detrás de The Blind Watchmaker (El Relojero Ciego), un documental que expresa unas ideas, digamos, al otro lado de la ciudad de las ideas enunciadas por Paley.

En fin, la culminación de The Science of Discworld está a la altura, sobre todo, insisto, por el genio de Pratchett para trasladar a la eterna lucha ideológica y dialéctica entre los magos (Ponder y Ridcully, principalmente) un concepto tan complejo y tan provocador. Y, a pesar de lo dicho, la parte científica es generalmente apropiada, y a pesar de algunos, en mi opinión, desvaríos, no suele estar demasiado alejada del tema de la historia. Aunque habría sido deseable un esfuerzo para centrar más los temas que se tratan.

Recordar también la aparición de los Audiotores, aunque si nos pusiéramos fundamentalistas, habría que mencionar que no parecen tener la misma fuerza y poder de intimidación que en sus primeras apariciones. Sin embargo, y es una opinión personal, la capacidad de Ridcully para obviar cualquier tipo de peligro, con la tozudez como arma principal, está demasiado por encima de entes reificados, como en este caso los Auditores.

Y para terminar, una mención al Decano, que en esta novela gana un protagonismo merecidísimo y que me ha hecho reír muchísimo. Mucho más que un Rincewind que se pasa la mayoría del tiempo escondiéndose, y creo que, acertadamente, deja paso a otros personajes más frescos y menos melancólicos.

Ojalá salga esto traducido al castellano. The Science of Discworld es una de esas obras que estoy seguro de que ganarán muchísimo leídas en el idioma original. El problema que veo es que, para facilitarnos la lectura, sería bueno que la traducción se llevara a cabo por gente con conocimientos de matemáticas, biología y Mundodisco. Porque se trata de obras extremadamente exigentes.

Algunas ideas sobre los Nac Mac Feegle



We've been robbin' an' runnin' aroound on all kinds o' worrlds for a lang time
Rob Anybody
Los Nac Mac Feegle, esos hombrecillos azulados que fueron expulsados del país de las hadas por la/una Reina de las Hadas, y que aparecen en Carpe Jugulum y la saga de Tiffany Dolorido, son unos de los personajes más divertidos, difíciles de catalogar y traducir, y de origen más inexplicable.

Estos pequeñajos azules, sospechosamente parecidos a los pitufos*, profesan un sentido del honor extremo hacia su kelda (reina/madre), mostrando así una organización social parecida a la de las abejas o las termitas, en las que todos los miembros de la comunidad están al servicio de una figura mayestática, una reina en este caso, a la que seguirán ciegamente y por la que darán la vida.

*Pratchett ha admitido que los Nac Mac Feegle son un homenaje parcial a los pitufos.

Estas dos primeras referencias (pitufos e insectos) son de las más claras, y abundan en el perfil microscópico (aunque no sea tal) de estos personajes. Su minimalización podría tener que ver con su facilidad para entrar y salir de su exilio dimensional.

Recordemos que el Mundodisco es un complicadísimo collage dimensional en el que se mezclan dimensiones paralelas de abominaciones lovecraftianas, como las Dimensiones Mazmorra, espacios de fase que permiten viajar en el tiempo o leer libros aún no escritos, como el L-space, o una representación del Mundodisco con las reglas cambiadas llamada Mundobola, y sobre el que sólo el superordenador HEX tiene, siguiendo con la jerga, poder de administrador (ver The Science of Discworld). Y todo ello, por no hablar de las tiendas errantes (que nunca están dos veces en el mismo sitio), el almacén de futuros porcinos, o el que nos ocupa, el limbo en el que las hadas (e inexplicablmente, también los Nac Mac Feegle) habitan.

No me estoy refiriendo a que, de tener que buscar un agujero de gusano para escapar de su dimensión y materializarse aquí, su pequeño tamaño sea una ventaja. Teniendo en cuenta que Pratchett hace malabarismos con conceptos como la relatividad, la mecánica cuántica y la teoría del caos, no sería del todo impensable que los Nac Mac Feegle tengan ciertos "privilegios" por lo que se refiere a los viajes entre dimensiones. Brevemente: las leyes cuánticas actuales no parecen presentar objeción alguna ante la idea de viajar en el tiempo, eso sí, siempre aplicadas a escalas microscópicas. Esto es aplicable a los viajes interdimensionales, cuyo ejemplo más claro es L-Space y su relación con el concepto de multiverso. Hay, no obstante, un concepto de creciente interés, que es aplicar las leyes cuánticas a objetos macroscópicos (ejemplificado en el célebre gato de Schrödinger). Sin embargo, hasta que esto ocurra, y si en el Mundodisco esto tuviera algún sentido (ya que esto no es más que una teoría propia), sólo personajes microscópicos podrían viajar en el tiempo o saltar entre dimensiones sin demasiadas dificultades. Los Nac Mac Feegle llaman crawstep al agujero entre dimensiones por el que pasan. ¿Cómo estará traducido esto al castellano en Los Pequeños Hombres Libres? Teniendo en cuenta que craw es "buche" y step, "paso", no sería una locura pensar que los feegles utilicen un agujero de gusano sui generis para viajar entre dimensiones.

Cambiando radicalmente de tercio, es muy interesante la caracterización de los Nac Mac Feegle desde una perspectiva histórico-folclórica. No puedo asegurar que el término pictsies, con el que se refieren a ellos mismos, se haya traducido por pictsos (o algo así), tengo curiosidad por cómo se las apañaron los valientes traductores que tuvieron que enfrentarse con este problemón. El caso es que el término pictsies es una clarísima referencia a los pictos, tribus trashumantes que habitaron el norte y el centro de Escocia desde los tiempos del Imperio Romano hasta el siglo X. Las mayores evidencias son

1) uno de los posibles orígenes del nombre de la tribu es la palabra griega Πικτοί (picti, en latín), que significa "el tatuado" o "los tatuados". El color azul de los Nac Mac Feegle es debido a que tienen el cuerpo cubierto de tatuajes y añil

2) el otro posible origen de picto reside en el celta Pehta, Peihta (luchador). Quien haya leído Carpe Jugulum o la saga Tiffany Dolorido habrá comprobado que una de sus mayores aficiones es pelearse.

3) en español tenemos el patronímico -ez, sufijo que suele significar "hijo de", como Álvarez, Gómez o Diéguez. El patronímico más común en el pueblo celta (podríamos decir que fueron vecinos de escalera de los pictos) es Mac (para "hijo de") y Nic (para "hija de"). La analogía es más que evidente. Pero, una cosa: ¿hijos de quién? Pues según Jacqueline Simpson, en The Folklore of Discworld, Feegle es una variación de Fingal, nombre escocés del siglo XVIII dado a un famoso cazador y guerrero en la tradición celta. Se cuentan historias en las que se refieren a él como Finn o Fionn mac Cumhaill que han sido muy populares durante más de 1200 años en Irlanda, y casi durante el mismo tiempo en Escocia, donde es conocido como Finn MacCool. Fue el líder de fianna, una banda de jóvenes que vivían de la caza de ciervos y jabalís salvajes, saqueando por donde pasaban y con la violencia por bandera. Esta banda fue lo que hoy conoceríamos como mercenarios, luchando en ciertas guerras a favor de un bando u otro (incluso llegando a formar parte de ejércitos reales), dependiendo de quién les contratara. Siempre, eso sí, fieles a la libertad como seña de identidad. Temerarios, sin tapujos al enfrentarse a cualquier enemigo, ya fuera natural o sobrenatural. Se dice, incluso, que Fionn tuvo que escapar más de una vez del Inframundo cuando ya se le daba por muerto, y que consiguió abrirse camino de la única forma que conocía, con la fuerza.

Los Nac Mac Feegle son, como veis, una de las razas más complejas y divertidas del Mundodisco, y también son un auténtico quebradero de cabeza para traductores y un motivo muy importante para intentar leer la saga de Tiffany Dolorido en inglés, ya que disfrutaremos de sus aventuras en el marco y el contexto en el que Pratchett los situó, evitando localizaciones que jamás podrán ajustarse al perfil original de los personajes.

Videojuegos (I) - The Colour of Magic


Imagen | Wikimedia 
Aunque generalmente, cuando se habla de los videojuegos basados en el Mundodisco, todos pensamos en las correctísimas aventuras gráficas para PC, PSX o Sega Saturn, no debemos olvidar que el primer paso (generalmente el más difícil) lo da Delta 4.

Curiosa trayectoria la de esta compañía, que desarrolló videojuegos entre los años 1984 y 1987. De entre ellos, destacan las parodias de los libros de Tolkien, llamadas The Boggit y Bored of the Rings (basada en la novela homónima). Con esta inclinación hacia la sátira, no es de extrañar que fueran los primeros en colocar a Rincewind en un videojuego.

En primer lugar, es importante recordar que se trata de una aventura conversacional. Es decir, el juego consiste en ir leyendo las situaciones que se nos presentan e insertar una serie de comandos como "TALK", "RUN" o "SPEAK" con el fin de avanzar en el juego. Es prácticamente sólo texto, aunque en ocasiones, cuando conseguimos avanzar, el texto blanco sobre fondo negro nos regala algo parecido a un artwork del Mundodisco.

Y en segundo lugar, como ya imaginaréis, este juego está en inglés, lo cual dificulta bastante su jugabilidad. Además, para complicar más las cosas, recordemos que los puntos cardinales del Mundodisco incluyen direcciones como Dextro y Levo, por lo que desenvolvernos en la aventura será aún más complicado.

Poco más se puede comentar de este juego. Tiene el mérito de ser el primero, y tiene 25 años. Casi nada. Por tanto, como curiosidad, aunque se lanzó inicialmente para ZX Spectrum, hoy en día no tenemos ni que descargarnos un emulador para probarlo. Basta con ir a la versión online y echarle un vistacillo. Y si queremos ver cómo avanza, también tenemos acceso a la guía del juego a un sólo click.

De entre todo esto, creo que lo más interesante es poder revisar las menciones de este videojuego en la prensa del momento, gracias al impecable trabajo realizado por World of Spectrum. Además, la lectura de noticias viejas siempre deja algunas perlas, como la sonada colaboración de David Bowie con Activision para adaptar a videojuego la famosa película Dentro del Laberinto.

En definitiva, el primer paso de una historia ciertamente exitosa la de los videojuegos del Mundodisco, que se han colocado por méritos propios como piezas fundamentales de un género tan maltratado por la industria, y tan idolatrado por viejos nostálgicos (entre los que por supuesto me incluyo), como la aventura gráfica.

En breve, el primer juego del Mundodisco: Discworld.

Saga Brujas (VI) - Carpe Jugulum


Los vampiros llegan al Mundodisco en Carpe Jugulum, de Terry Pratchett/></a></div><div class=
"Nac mac Feegle wha hae!"

Los vampiros (vampyros en este caso, ya que hablamos de una estirpe de vampiros que se encuentra en proceso de reciclaje) han llegado.

La última novela de la saga de las brujas (aunque sus protagonistas seguirán teniendo papeles importantes en la saga de Tiffany Dolorido) alberga una batalla entre dos de las "razas" folclóricas más importantes del Mundodisco: brujas y vampiros.

Si bien ya conocemos más que suficiente a las tres brujas del campestre reino de Lancre, por primera vez nos metemos de lleno en una de las razas más perversas y oscuras del Mundodisco. Es importante destacar la diferencia que hay, por ejemplo, entre vampiros y elfos en el Mundodisco. Mientras que los segundos, de los que ya hemos hablado algo en Lores y Damas y The Science of Discworld, están caracterizados con un estilo muy particular y con unas características que para nada se ajustan al cliché que todos tenemos interiorizado, los vampiros merecen que nos detengamos un poco más en ellos.

En Überwald, la cuna de los vampiros, el Conde de Magpyr está centrado en dos objetivos principalmente: a) adueñarse del reino de Lancre, valiéndose de una invitación enviada por el rey Verence y su esposa Magrat Ajostiernos con motivo del nacimiento de su primer hijo, y b) conseguir esto sacudiéndose, tanto para él como para su estirpe, esa imagen de personajes terribles, oscuros y tenebrosos que vagan en penumbras y acechan en la noche, arropados por vestimentas en las que los colores negros predominan, y donde la única claridad atisbable es la de su piel blanca y mortecina. Para ello, está comenzando a obligar a sus hijos (Vlad y Lacrimosa) a comportarse de una manera no ya más civilizada, sino más moderna. Las puertas del castillo deben dejar de chirriar y las bisagras deben engrasarse con frecuencia, los trajes de noches deben llevarse de noche, y las arañas deben dejar de campar a sus anchas por palacio. El tópico de la normativización de la vida a través de reglas instauradas para regir un comportamiento aparentemente arbitrario es increíblemente recurrente en la obra de Pratchett. El que más gracia me ha hecho de todos es el que lleva al modernísimo diablo Astfgl en Eric a instaurar un sistema burocrático absolutamente inservible en el infierno. Genial.

Esto nos lleva a varias reflexiones.

En primer lugar, como bien apunta Jacqeline Simpson en The Folklore of Discworld (del que os debo una reseña porque es la guía enciclopédica más completa sobre el Mundodisco), llama la atención que los tabús y creencias populares referentes a los vampiros sean tan parecidos en el Mundodisco y en el mundo real. De hecho, incluso diría que los vampiros del Mundodisco son, en general, más mezquinos y perversos. Toda la iconografía que rodea al mundo vampírico tradicional se ve potenciada en el Mundodisco, provocando que cada aparición de uno de estos seres extienda un aura de oscuridad que, desde el punto de vista narrativo, es muy apropiada (es importante remarcar lo de "tradicional", teniendo en cuenta que estamos en una época de vampiros adolescentes que banalizan ad nauseam un concepto con un arraigo histórico extremadamente importante para la cultura popular). Esta caracterización tan dura del perfil vampírico provoca que, por otra parte, el lector sienta especial simpatía por aquellos vampiros que no son tremendamente poderosos, malévolos y conspiradores. Por ejemplo, el genial fotógrafo Otto Shriek, que aparece en La Verdad; Sally, una vampiresa que entra en la Guardia de Ankh-Morpork en Thud! o el increíblemente carismático (y desaprovechado, en mi opinión) vampiro Maladict, en Monstruous Regiment*, novela que será la próxima en ver la luz en nuestro idioma.

En segundo lugar, y refiriéndome de nuevo a The Folklore of Discworld, es interesante mencionar que la descripción que se hace en Carpe Jugulum del padre del actual Conde de Magpyr sirva para describir a uno de los nombres más importantes de la vampirología universal: Nosferatum.

Y en tercer lugar, recordemos esta actitud vampírica tan integradora y en la que tanta importancia tiene el concepto de progreso (que ha inspirado incluso una subsaga compuesta por Imágenes en Acción o La Verdad), ya que cristalizará en la Überwald League of Temperance (lo siento, no sé cómo han traducido el nombre), y que fundamentalmente anima a los vampiros a deshacerse de viejos estereotipos y cadenas tradicionalistas para involucrarse más en la sociedad actual. Para ello, existen incluso terapias de grupo para intentar evitar la obsesión por tomar sangre. El número de situaciones hilarantes que se pueden dar en este contexto, y que de hecho, se dan, es abrumador.

En fin, Carpe Jugulum es una puerta de entrada al oscurísimo mundo de los vampiros, a una historia de las brujas en la que, de nuevo, deben hacer lo posible para preservar la identidad de Lancre y al final de los papeles de Tata y Yaya como brujas principales. No me canso de repetir que la irrupción de Tiffany Dolorido es no ya una bocanada, sino un ciclón de aire fresco para esta saga, incluso teniendo en cuenta que sus novelas están orientadas a jóvenes lectores, un término que no me gusta demasiado. Ah, y para que esto sirva de introducción a la saga de Tiffany Aching, ¿no os suena de algo la cita que encabeza la entrada? Sí, aparecen ellos.

*Sí, lo sé (si has leído Monstrous Regiment entenderás por qué lo digo)

El discurso Dimbleby, un emotivo canto a la vida



When the time comes I'll sit on my lawn, brandy in hand and Thomas Tallis on my iPod. And then I'll shake hands with Death - Sir Terry Pratchett

Sir Terry Pratchett pronunció hace pocas horas el discurso Dimbleby (Dimbleby Lecture), un evento anual en el que una figura importante (ya sea del mundo de la ciencia, la política o la economía, entre otros) pronuncia un discurso en el Real Colegio de Médicos de Londres. La importancia de este evento se puede percibir simplemente echando un vistazo a la lista de oradores que han participado: Richard Dawkings, Bill Clinton o Dominique de Villepin son algunas de las personalidades que han pasado por el púlpito.

En 2010, Terry Pratchett ha sido el elegido, convirtiéndose en el primer escritor en tener este privilegio. Ha sido un discurso precioso, y me comprometo a intentar tenerlo traducido en breve para poder compartirlo con la comunidad hispanohablante de fans de Pratchett. Pero hasta entonces, sí que se puede comentar lo que uno ha oído, y vaticinar que se abre una nueva era en la sociedad occidental: podríamos estar superando la obligatoriedad cristiana de preservar la vida (desde un punto de vista exclusivamente biológico, y siempre con el argumento de que sólo Dios nos la puede quitar). Y es que nuestra concepción convencional de la vida, así como su valor y su significado pueden estar en un momento clave en la historia, pueden estar redefiniéndose, principalmente por esa corriente de pensamiento que está cuestionando cada vez con más energía la escala de valores cristiana y que tiene en la vida y en la concepción uno de sus máximos argumentos frente al racionalismo o el ateísmo. Pero esto es otra historia muy diferente. Sigamos con Pratchett.

En primer lugar, el hecho de que no fueraTerry quien leyera el discurso, sino el actor Tony Robinson, aunque fuera ligeramente predecible, no deja de ser un elemento enternecedor. Es lógica esta decisión, puesto que, debido a su condición, Pratchett se ha visto anteriormente con ciertos problemas para leer en público (hay un vídeo circulando en Internet en el que aparece en una convención leyendo un fragmento de una de sus novelas, y reajustando una y otra vez el flexo que le ilumina. Finalmente admite que es una sombra que su cerebro está creando lo que le impide leer con claridad - aunque teniendo en cuenta de quién estamos hablando no sorprendería que esto fuera una forma de quitarle hierro al asunto).

En cualquier caso, el discurso, aunque no esté pronunciado por él, es inconfundible. El estilo está salpicado por no pocos juegos de palabras y por un sentido del humor que hacen de la tragedia algo aún más dulce si cabe. En ocasiones, su discurso ha sido realmente divertido, otras muchas conmovedor y, lo más difícil, acertado y adecuado. Difícilmente alguien podrá estar en contra de unos argumentos así esgrimidos por una persona que es capaz de expresar con palabras lo que muchos piensan y querrían leer. Y no olvidemos que es el creador de la reificación de la Muerte, y que ha convertido a este hecho en un personaje de ficción querido y admirado por millones de lectores en todo el mundo. Toda una proeza, tratándose de quien se trata. En defintiva, una delicia escucharlo, y fenomenalmente reproducido por Tony Robinson (actor que aparece en Hogfather, por ejemplo).

En Shaking Hands With Death, Pratchett nos habla, claro, de la Muerte (no sabía si escribirlo con mayúsculas o con minúsculas, me decanté por el primero al fin), de cómo vivió experiencias de este tipo con familiares cercanos, y cómo le inspiraron tanto la vida como la muerte de Richard Dimbleby. También dedica unos preciosos párrafos a la enfermedad de Alzheimer's, concretamente de la forma rara que le afecta, conocida en inglés como PCA.

Mientras sigue el discurso intercalando frases lapidarias y en ocasiones sentenciosas, el exquisito escritor desgrana los motivos por los que se posiciona claramente a favor de la eutanasia, eufemísiticamente conocida desde hace no mucho tiempo como muerte asistida. Además de sugerir la creación de tribunales específicos que determinen la idoneidad de mantener a un enfermo terminal con vida, también se ofrece como caso de prueba, mostrando una gran valentía, autoconfianza y determinación. Determinación en su pelea por vivir, pero desde luego no por sobrevivir.

Claramente, Terry Pratchett quiere vivir mucho, cuanto más mejor, pero también pide el derecho a poder escoger sobre cómo, dónde y con quién exhalamos nuestro último suspiro. La polémica está servida, y también un debate subyaciente en el que la religión, la ciencia, la moral y la ética se podrían liar a tortas durante mucho, mucho tiempo.

El discurso:

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Saga Brujas (V) - Mascarada


Mascarada, de Terry Pratchett, parodia El Fantasma de la Ópera
Imagen | Jackie Morris 
 "Looking into Granny's eyes was like looking into a mirror. What you saw looking back at you was yourself, and there was no hiding place."
Mascarada es una de esas novelas en las que la madurez de Terry Pratchett empieza a ser más que evidente. El tono comienza a oscurecerse levemente, las tramas ganan en complejidad y comienzan a tener un peso específico en la obra y, además de todo esto, comenzamos ya a conocer al dedillo a cada uno de los personajes.

Es por este motivo que, en esta quinta ya novela de las brujas, veremos cómo Yaya Ceravieja y Tata Ogg empiezan a ganarse esa tremenda admiración por parte de una gran parte de los fans del Mundodisco. Sus personalidades chocan y se complementan a la perfección en situaciones que pueden ir de lo más cotidiano a lo más trascendental. Aunque Yaya es la protagonista absoluta, seguramente una encuesta daría a Tata muchísimos puntos en un ránking de popularidad. De momento, no obstante, dejaremos la idea en stand by.

En esta ocasión, se desplazan a Ankh-Morpork en busca de una tercera bruja, ya que Magrat Ajostiernos es ya cosa del pasado, puesto que ya se ha convertido en reina y la brujería ha dejado de ser una prioridad. Sin embargo, la bruja a la que buscan se ha embarcado en su propio sueño, ser cantante de ópera. Y es Agnes Nitt (o Perdita) la que llevará a las brujas de Lancre a enfrentarse a un fantasma que está aterrorizando tanto a artistas como al público de la ópera de Ankh-Morpork.

La parodia de El Fantasma de la Ópera es clara. En el libro original de Gastón Leroux trata de los misterios que envuelven a la Ópera de París, en la que parece haber un chantajista/saboteador que lleva a cabo mil y una argucias para atraer la atención de la vocalista, de la que está enamorado.En Mascarada, la chica es Agnes y también hay un hombre misterioso. Y el ritmo de la novela se centra principalmente en cómo las cabezólogas de Lancre llegan (o no) hasta el final de la historia.

Hay quien argumentará que en esta novela, los personajes secundarios no consiguen enganchar lo suficiente como para crear un ambiente rico y complejo, imprescindible para desarrollar lo que conocemos generalmente como novela policíaca. Esto provoca que las brujas carguen con todo el peso narrativo, y que en ocasiones se eche en falta algún que otro cameo más. Y eso que, precisamente, en este libro no faltan: aparecerá la Muerte, e incluso la Guardia de Ankh-Morpork. No obstante, todo son opiniones, y no cabe duda de que la evolución desde Ritos Iguales hasta esta novela es más que notable.

Sí que merece la pena mencionar que en esta novela encontraremos una de las citas más celebradas de la obra de Terry Pratchett, la de los signos de exclamación. Seguro que sabéis de qué estoy hablando.
 
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