There are *no* inconsistencies in the Discworld books; ocassionally,
however, there are alternate pasts. (Sir Terry Pratchett, alt.fan.pratchett)

Por qué confiar en Disney (III de IV)




Veamos, en esta tercera entrega de la serie de posts optimistas sobre la adaptación de Mort, cómo la factoría Disney ha tratado la cuestión de la muerte. A nadie con algo de edad y un poco de memoria se nos escapa que los clásicos tenían en general ese tono, colorido y simbología típicos del folclore europeo. Y la oscuridad y la madurez estaba presente. Eran historias épicas y cuentos de hadas no necesariamente gentiles, en los que la naturaleza perversa del ser humano se dibujaba en la pantalla con mucho acierto y muy poco pudor. No entraré en qué es lo que consideramos un clásico, puesto que entraríamos en debates en los que tendríamos que tener en cuenta fechas, contexto, alcance de la obra, y muchas otros factores que aquí obviamente obviaré.

El porqué de este post lo podemos encontrar en el miedo general que nos provoca la idea de que Disney suavice ad nauseam el tema principal de Mort: la muerte. No sólo por ser la Muerte el protagonista principal, ni porque toda la obra esté revestida con la oscuridad propia de la cuestión que trata, ni siquiera porque el concepto de morirse es utilizado en Mort para deslizar situl pero despiadadamente cuestiones trascendentales y con mucha enjundia, como la justicia, el honor, la lealtad y, cómo no, el amor. Ni tan siquiera por los rumores que apuntan a que en esta hipotética adaptación se contempla la posibilidad de que la Muerte sea el antagonista de la película, algo totalmente ridículo, inadmisible, y que espero que sea un hoax en toda regla. Es porque queremos una adaptación animada a la altura, que pueda ser disfrutada tanto por una audiencia joven como por espectadores adultos, y porque tenemos ejemplos a mansalva de obras de arte en las que esta dualidad está presente con acierto. Sólo hay que hacer el esfuerzo y ser respetuoso con lo que se adapta.

Volvamos al optimismo: si echamos la vista atrás podremos apreciar en la factoría Disney la sorprendente capacidad de abordar cuestiones delicadísimas como la muerte con una alegría impropia del Disney que hoy conocemos. Vamos a ver un puñadito de ejemplos más que evidentes, en los que la muerte fue tratada con la solemnidad y la importancia que tocaba, y tuvo un efecto innegable en el devenir del argumento y el desarrollo de los protagonistas que, afortunados ellos, siguieron vivos.

Bambi

La dolorosamente bella escena de la muerte de la madre de Bambi fue sin duda uno de los grandes hitos del cine de animación de mediados del siglo pasado. Lógicamente, ha llovido mucho desde entonces, pero leyendo comentarios de los vídeos, análisis y retroanálisis de la película, y reportajes en webs especializadas, uno no puede dejar de pensar en que la presencia fatal de la muerte, en esta película, empuja al espectador a una serie de reflexiones a las que nunca habría podido llegar sin la bofetada que supone ver cómo el cazador hace lo que hace.


El Rey León

En otra gran escena del cine de animación, llegamos a muerte de Mufasa, también enmarcada en la lucha por salvar la vida de un hijo. Si bien es una escena mucho más elaborada, con la introducción de animación 3D en un estado bastante embrionario, no es menos cierto que es una película rodada casi 40 años después que Bambi. De las que más recuerdo de mi niñez. Como curiosidad, existe un enorme paralelismo entre cómo la muerte constituye en El Rey León el elemento argumental principal, al igual que la lucha por el poder, la traición y la búsqueda de justicia de un príncipe. Esto hace de esta película una reinterpretación del clásico shakespeariano Hamlet, lógicamente, con el sello Disney, pero bastante menos almibarado de lo que cabría esperar.


La Bella y la Bestia

En esta película, la muerte no es tan conmovedora en absoluto, yo incluso diría que alivia al espectador. Es el pesado de Gastón el que, tras una pelea con Bestia, termina desplomándose víctima de su propia estupidez y su ambición. Es una película en la que difícilmente uno termina sintiendo simpatías por Bella (hablo por mí, pero es que...). Y es curiosa la imagen de una flor que va perdiendo pétalos a medida que la vida de Bestia se va apagando... muy parecida a la imagen de un reloj de arena que va escupiendo los últimos granos de vida antes de la muerte de un habitante del Disco.

El Jorobado de Notre Dame

También tenemos otro ejemplo de muerte en una de las grandes incomprendidas de la factoría Disney. También es el malo de la película (Frollo) el que, en la batalla final, muere y nos libra de su incomodísima y, en este caso, pedante presencia. Es una escena fría, gótica, con una persecución alrededor de un castillo en una noche tormentosa, y con una gárgola que súbitamente cobra vida (algo que no debería sorprender a los que nos gusta el Mundodisco). En el vídeo podéis escuchar cómo este maniático religioso pronuncia estas palabras antes de caer: "He shall smite the wicked and plunge them into the fiery pit", una adaptación de Isaías (11:4). Aquí hago un inciso personal. Mi apego a las religiones es, digamos, escaso, y no soy en absoluto conocedor de lo que se dice en la Biblia o el Corán. Pero después de leer cosas como ésta, empiezo a entender ciertas cosas sobre las religiones.
But with righteousness shall he judge the poor, and reprove with equity for the meek of the earth: and he shall smite the earth with the rod of his mouth, and with the breath of his lips shall he slay the wicked.
Volviendo a la peli, Frollo es un personaje terrible, que asesinó a la madre de Quasimodo 20 años antes de la época en la que la película está ambientada, y también intentó ahogar al bebé, algo que no consiguió y por lo que tuvo que pagar. En fin, como digo, una película maltratada por todo el mundo, como ya comenté en el anterior post, y que creo que mereció un mejor trato tanto por parte de la crítica como en taquilla.

Hemos visto que no es imposible que Disney haga algo decente con temas adultos de por medio. No es probable, pero tampoco imposible. Hay muchísimos más ejemplos de otros temas oscuros... pero no es menos cierto que en la mayoría de los casos las aristas se pulen y liman muy bien, no vaya a ser que nos cortemos con ellas.

Hasta la próxima dosis de optimismo infundado, queridos lectores :)

La culturómica del Mundodisco



Feliz Año :-)

A mediados de Diciembre del ya lejano año 2010, investigadores de Google publicaron en la revista Science un artículo que supone una revolución en el estudio y el aprendizaje de la cultura humana.

Por ponerlo de forma simple. Google afirma haber digitalizado aproximadamente el 4% de los libros que se han publicado de toda la historia, y se ha centrado en el periodo que va desde 1800 al año 2000. Han comparado esto al descubrimiento del genoma cultural del hombre, y lo han bautizado como culturómica (es decir, la aplicación de enormes cantidades de información al estudio de tendencias histórico-culturales).

El significado de esto es colosal, y desde hace unas dos semanas la gente se ha venido pronunciando desde casi todos los ámbitos (educación, ciencias sociales, humanidades, historia, periodismo...), ya que este corpus es sin duda la mayor fuente de referencia a la que jamás habríamos podido acceder. Está en un puñado de idiomas, y afortunadamente, el español es uno de ellos. El número de trabajos recogidos en Google Ngrams (que así es como se llama la criatura) es 100 veces mayor que en el CORDE o el CREA, los corpus en español más grandes... hasta ahora.

¿Que por qué pongo esto aquí, en LTdA? Dejadme compartir con vosotros algunos datos interesantes sobre la ocurrencia de nuestro autor favorito y algunas palabras clave. ¡Veréis qué divertido!

El primer dato que he introducido ha sido ver la ocurrencia de Pratchett y del Mundodisco en la segunda mitad del s. XX. Como era de esperar, las ocurrencias empiezan a darse a partir de 1983, fecha de la publicación de la primera novela del Mundodisco. Sin embargo, si prestamos atención, veremos que la figura de Pratchett ha sido recogida en publicaciones de, por ejemplo, 1975. Esto indica que, o bien existe un error en el proceso de digitalización (Google ha admitido que ha habido errores con algunas fechas), o que realmente lo que Pratchett escribió antes de El Color de la Magia tuvo una repercusión más importante de lo que cabría esperar.

Aquí llega uno de los grandes problemas de la desambiguación que tan de cabeza trae a los lingüistas. He querido hacer una comprativa entre las sagas más importantes hasta el año 2000 en el Mundodisco (Rincewind, brujas y muerte), pero como Death no es un nombre propio, los resultados no eran fiables, así que sólo he comparado a Rincewind con Yaya Ceravieja, y gana el mago inepto en apariciones y referencias de forma abrumadora.

Si comparamos a Pratchett con Douglas Adams y Tolkien, vemos una evidente diferencia entre el creador de la Tierra Media y los otros dos autores. Sin embargo, es interesante comprobar cómo la (pequeña) diferencia en cuanto a menciones y referencias que existe entre Adams y Pratchett se va reduciendo a medida que nos acercamos al nuevo milenio. Apostaría a que si el corpus llegara hasta 2010 la diferencia sería aún más pequeña e, incluso, Pratchett estaría por encima.

Y, finalmente, los magos más famosos de la literatura fantástica (y, mal que nos pese a muchos, también del celuloide), se enfrentan en Google Ngrams para que saquemos unas conclusiones más que significativas. Gandalf sigue siendo el rey absoluto de los magos de la literatura fantástica, pero ¡ojo!, su popularidad decae a finales del siglo XX. Que se estabilizara en los últimos años de la década de los 90 puede tener mucho que ver con la inminente llegada de la trilogía de Peter Jackson. Este descenso coincide con la creciente popularidad de dos fenómenos como Rincewind y Harry Potter, con algo de ventaja para nuestro echicero favorito.

Como veis, este nuevo juguete tiene una cantidad de aplicaciones infinita, y lo que hemos hecho en este post ha sido solamente juguetear un poco con él.
 
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