"What good's a god who gives you everything you want? ... It's the HOPE that's important. Give people jam today, and they'll just sit and eat it. Jam tomorrow, now -- that'll keep them going for ever."
- Terry Pratchett, Hogfather
Al hilo del estreno de un nuevo montaje en el Teatro Español de Madrid de la obra Muerte de un Viajante, de Arthur Miller, y de cómo esta obra aborda el tan manido ya asunto del dinero, el éxito, las expectativas por triunfar y las consecuencias si no esto se consigue... me dio por pensar en Y-Voy-A-La-Ruina Escurridizo. Y todo, teniendo en cuenta el contexto socioeconómico particularmente difícil en el que hoy en día vivimos.
Hay varios argumentos para sostener la teoría de que Terry Pratchett no tiene una opinión extremadamente positiva sobre las actividades (llamémosles excesos) económicas y financieras que constituyen los pilares de la economía capitalista. Por ello, no deja de llamar la atención el cariño con el que se trata a Escurridizo en la saga del Mundodisco.
Es un personaje entrañable, un vendedor ambulante, un empresario, visionario, audaz, no demasiado escrupuloso y que, de no ser por la enorme carga de ironía que soporta sobre sus hombros, sería admirado por aquellos que cultivan la cultura del sueño americano y el self-made man. Aparentemente, consigue vender casi cualquier cosa a casi cualquier persona (o cosa, si es necesario), utilizando todo tipo de argumentos, y centrando la fuerza de su discurso en el producto. Es decir, si bien todos conocemos a Escurridizo, no es demasiado habitual leer que se convierta en protagonista de algo. Al contrario, conscientemente se mantiene al margen, en una actitud neoliberal absolutamente coherente con su figura, y deja que sea el mercadeo y las leyes de oferta y demanda quienes hagan que el proceso de ganar dinero siga su curso.
Por otra parte, Willy Loman es el eterno perdedor, el vendedor venido a menos, enganchado siempre a aquellos tiempos mejores, al pasado, y a pesar de todo, aún convencido de que sus éxitos y su recuerdo le dignifican y le hacen merecedor de un lugar privilegiado dentro del negocio al que pertenece. Quien conozca la obra, sabrá cómo termina su aventura.
Según Eduard Punset (uno de mis pensadores de cabecera), existen varias claves para alcanzar el éxito. Yo quisiera destacar la siguiente:
Fijarse objetivos es imprescindible, pero hay personas que cifran expectativas desmesuradas; al no alcanzarlas, generan ansiedad y miedo. Otras se ponen objetivos por debajo de sus posibilidades, sin alcanzar los niveles de creatividad necesarios para el éxito. ¿A qué grupo pertenezco yo?Y aquí es donde reside el éxito empresarial (un tanto sui géneris, todo sea dicho) de nuestro personaje mundodisquero. Escurridizo, a pesar de no esperar nunca ser reconocido por sus méritos, y con una habilidad camaleónica para adaptarse a las nuevas tendencias del particular libre mercado de Ankh-Morpork, trabaja bajo las máximas de un realismo que para muchos sería descorazonador. De esta manera sobrevive en un mundo absurdo y huérfano de valores, y no sólo eso: alcanza lo que, según sus propias expectativas, podría considerarse el éxito.
Ambos perfiles son necesariamente imprescindibles en nuestro mundo y en nuestra cultura. Ambos son entrañables, y ambos desprenden ese aire tragicómico tan apropiado para hacerles protagonistas de nuestras historias, o de las metáforas que ilustren nuestra vida. ¿Quién podría, en fin, disuadir a estos dos héroes de que ésta no es época de riesgos y aventuras? Yo, desde luego, ni lo intentaría.
Por cierto, no tengo ningún interés en hacerle publicidad al montaje de Mario Gas, pero la verdad es que, si bien Death of a Salesman es una apuesta segura, recomiendo a quien pueda que vaya a verla. Aunque conocía bien el argumento antes de verla, no pude evitar salir con un nudo en la garganta.
5 comentarios:
La verdad que has tocado un tema bastante interesante. En la carrera le di bastante caña a esta obra de Miller y me pareció tremenda, comparar a Willy Loman con Escurridizo es bastante curioso.
Tiene que ser una suerte verla en representada :P
sip, yo tb conocí la obra de Miller en la carrera... ¿estudiaste filología?
y sí, es una suerte verla representada, te lo digo yo :)
Sí, filología inglesa. Los de letras somos pocos pero resistimos :D xD
no te creas, somos más de los que deberíamos xD
Na, somos pocos. El tema es que las posibilidades laborales son menos todavía xDD
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