There are *no* inconsistencies in the Discworld books; ocassionally,
however, there are alternate pasts. (Sir Terry Pratchett, alt.fan.pratchett)

Saga Rincewind (V) - Tiempos Interesantes



Imagen | L-Space


Llegamos a una de las mejores novelas de toda la saga Mundodisco, y sin duda una que alberga ciertos acontecimientos que yo consideraría míticos dentro de la historia que envuelve a los personajes principales del Mundodisco.

En esta novela, Rincewind se ve envuelto en una revolución, una invasión, una usurpación de un trono y en la materialización de una ancestral leyenda. Lo más interesante es que Rincewind resulta ser el protagonista de esta ancestral leyenda.

Tiempos Interesantes es una novela ejemplar porque el argumento se podría ilustrar como un ovillo de lana enrollado por tres hilos de distintos colores. Pratchett va tirando suavemente de cada uno de ellos para contar con las dosis exactas lo que ocurre en cada subtrama, aunque todas ellas tienen un denominador común: algo está pasando en el Continente Contrapeso.

El primer hilo al que me refiero es a la relación que mantiene Rincewind con la revolución que se está gestando para destronar al emperador del reino y, además, cumplir con la profecía del Echicero.

El segundo hilo es el divertidísimo (repito: divertidísimo) viaje que emprenden Cohen el Bárbaro y su recién constituida Horda de Plata para llevar a cabo una de esas cosas que hacen los bárbaros. Robar algo muy grande, muy caro y muy memorable. Si bien todos los personajes de este particular equipo, me veo obligado a anunciar mi enamoramiento más profundo con Hamish el Loco, un personaje que con su sordera (y lo que ésta provoca a sus compañeros) os hará saltar de la silla en más de una, y más de dos ocasiones.

El tercer hilo es Lord Hong. Este personaje es el visir del reino y, consecuentemente, uno de esos personajes en la sombra que mueven los hilos y que manejan el destino de sus súbditos con gran maestría y una espada bien afilada. Es el máximo responsable de la manipulación mediática que provoca el rechazo inmediato, prejuicioso y visceral de los habitantes del reino hacia cualquier extranjero. Aunque a medida que leemos entendemos que esto ocurre más por ignorancia, desconocimiento, o la necesidad de comer un par de veces al día por lo menos, que por puro convencimiento.

Temas de un profundísimo calado social como la búsqueda de poder, la lucha por las clases desfavorecidas para hacerse oír, los prejuicios, el poder de la propaganda, el poder de la palabra... en esta novela se funden estas cuestiones universales con el ritmo de una excelente novela de aventuras. Cada vez que aparecen la Horda, Lord Hong, Rincewind, los magos en Ankh-Morpork, o incluso un sorprendentemente carismático Dosflores, el estado de ánimo del lector inmediatamente sufre un vuelco. Sabemos cómo cambiará el registro de la novela e, incoscientemente, preparamos nuestro cuerpo para asimilar lo que leemos de una forma u otra. En otras palabras, leer Tiempos Interesantes descubrirá nuestros sentimientos más empáticos.

Y, por supuesto, manteniendo la enorme importancia del escenario en el que todo se desenvuelve: el Mundodisco, en el que nada es lo que parece y en el que cualquier cosa puede ocurrir siempre y cuándo las probabilidades sean de un millón contra uno.

En definitiva, es una historia redonda, contada con muchísima inteligencia y un ritmo exquisito.

Y, además, contiene un pie de página que es sencillamente desternillante. ¡Ahí va!

Fate wins. At least, so it is claimed. Whatever happens, they say afterwards, it must have been Fate. *

* People are always a little confused about this, as they are in the case of miracles. When someone is saved from certain death by a strange concatenation of circumstances, they say that's a miracle. But of course if someone is killed by a freak chain of events - the oil spilled just there, the safety fence broken just there - that must also be a miracle. Just because it's not nice doesn't mean it's not miraculous.

El tráiler de Nation será... una escena de Nation




Comentamos hace unos meses el interesante proyecto en el que se había embarcado el dramaturgo Mark Ravenhill: ni más ni menos que adaptar Nation al teatro. No quedó ahí la cosa, puesto que la obra (que se espera que se estrene en Enero de 2010) será una de las cuatro que integrarán el proyecto NT Live, consistente en emitir en directo estas obras en cines de todo el mundo. Se estima que el número de salas que acojan esta iniciativa esté por encima de las 300.

Pues bien, antes del estreno mundial de la obra de teatro de Nation (que promete muchísimo dadas las credenciales de su director) habrá algún que otro tráiler. El tráiler será una representación de una escena de Nation. ¿Qué?

Me explico: el Guardian organiza un concurso en dos categorías (10 - 14 años y 15 - 17) en el que los participantes deben representar con imaginación un fragmento de Nation elegido por Sir Terry Pratchett, y después colgarlo en Internet en el canal de Youtube creado específicamente para la ocasión. Aquí tenéis las bases del concurso. Y si os resulta curioso, Pratchett y Ravenhill nos dan unos valiosos consejos.

Será muy divertido ver los vídeos que la gente vaya subiendo, y los ganadores podrán ver su adaptación "remasterizada", ganarán entradas para el estreno, etc.

Desafortunadamente, y como era de esperar, este concurso sólo permite la participación de británicos, por lo que podemos descartar una adaptación castiza hecha por el sobrino de algún que otro enfermo del Mundodisco. Y no miro a nadie.

La canción de Wintersmith




Wintersmith es la tercera novela de la saga de Tiffany Aching
, y aún no ha sido traducida al castellano. Es una historia preciosa, dócil y tierna en la que la magia de los cuentos de hadas se encuentra con el abrumador carisma de Ceravieja y Tata Ogg. Personalmente me encanta este libro, siempre he sentido una admiración enorme por la magia y su relación con la naturaleza. En la saga de Tiffany Aching en general, y en Wintersmith en particular, esto está excelentemente bien contado. Tiene un estilo casi trovadoresco en el que los miedos adolscentes de Tiffany evocan ese proceso de maduración incierta por el que todos hemos pasado (¡o aún estamos pasando!).

Puede que la mayoría ya conozcáis esto, pero dándome una vuelta el Internet Archive me he encontrado con una canción bastante chula de Harry Heyl sobre Wintersmith. Y yo no la había oído antes. Tiene spoilers, así que cada uno la oiga o lea la letra bajo su propia responsabilidad.

Saga Rincewind (IV) - Eric




A un ritmo pausado pero constante vamos avanzando en nuestra recorrido por la saga Rincewind, en la que se narran las aventuras del mago más inepto, cobarde y superviviente del Mundodisco.

Eric es una novela muy especial. En primer lugar, porque es corta, con lo que uno se la puede ventilar en una sentada, y se evita esa desorientación que provocan los libros del Mundodisco cuando uno los deja aparcados más tiempo del imprescindible para recordar el hilo de los acontecimientos.

En segundo lugar, porque es de las mejores para empezar a leer en inglés, debido a su longitud, y también debido a que las sátiras y las alegorías en Eric son unas de las más claras.

Y en tercer lugar, porque viene con ilustraciones. Al menos la versión inglesa. La española no.

Podéis leer reseñas tanto en La Concha como en El Tablón Naranja, de ahí que en este post no nos centraremos en el argumento, puesto que no hay mucho más que añadir a lo que ya escribieron otros. Pero vaya, básicamente Eric es una sátira del Fausto de Goethe, en el que un chaval pretende vender su alma al diablo a cambio de dominar todos los reinos del mundo, conocer a la mujer más bella de la historia y vivir para siempre. Todo el libro es una vuelta de tuerca más en el buen hacer de la sátira y la fina ironía de Pratchett y, siendo las referencias en este caso muy poco veladas, es muy fácil de disfrutar al máximo.

En La Torre del Arte estamos traduciendo algunos artículos del blog Pop Classics, en el que se analizan los elementos de la cultura clásica presentes en el Mundodisco. Pues bien, en Eric leemos parodias de algunos de los acontecimientos clásicos más memorables de la historia (narrados en la Ilíada), o literarios (los mencionados Fausto y La Ilíada, y también La Divina Comedia) o históricos (como las referencias a la cultura azteca -los Tezumen- o el chiste sobre Ponce de León y su búsqueda de la fuente de la eterna juventud). De manera que si alguno de estos artículos despertó vuestra curiosidad por, digamos, los clásicos en Pratchett, Eric es sin duda una elección obligada.

Además, personalmente, todo lo que ocurre en el Infierno con la burocratización de las instituciones es desternillante, sobre todo por el giro final, y su fondo me recuerda mucho al Vuelva usted Mañana, de Larra. Es especialmente genial por cómo está elegido el registro lingüístico de los demonios Vassenego y Astfgl en su encuentro final, en el que las hipérboles y las palabras largas como 'traditionalists' o 'incisiveness' retuercen increíblemente el escenario satírico. El clímax del absurdo.

En definitiva, un libro ágil, alegre, divertidísimo y sumamente recomendable.

Saga Rincewind (III) - Rechicero





Seguimos con nuestra serie de Rincewind, y llega el momento de hablar de Rechicero, una novela cuyo argumento principal consiste en que el octavo hijo de un mago (algo impensable debido a la obligatoria abstinencia sexual a la que se ven sometidos los magos) entra en los esquemas jerárquicos de la Universidad Invisible para acabar con ellos. Con los esquemas, con los magos, y con todo lo que se le ponga por delante. Y el encargado de evitar tamaña tropelía es, cómo no, nuestro entrañable Rincewind y el no menos entrañable (aunque ligeramente más peligroso) equipaje.

Ésta es conocida por ser una de las novelas más surrealistas y caóticas de toda la saga, en la que la carga mágica presente sirve como excusa para todo tipo de excentricidades argumentales, y un abanico de personajes que parecen sacados de un bestiario, o un zoológico, o de una combinación imposible de elementos químicos de dudosa salubridad.

Por eso, quisiera evitar hablar sobre el argumento (que se puede resumir en un par de renglones), sino en la simbología del Ocho en el mundodisco, y mencionar un par de detalles del número mágico en nuestro mundo. Que no es el ocho. Sino el siete.

Como en el Mundodisco todo acontece en los aledaños de nuestras tradiciones y nuestros cánones sociales, no podía ser que el número mágico fuera el siete, ya que este número está reservado para el Mundobola. Pero tampoco podía ser un número demasiado alejado, y el ocho fue el elegido. Así, el Octavo es el libro mágico que constituye la piedra angular de los desajustes mágicos de las novelas precedentes de Rincewind, mientras que la luz mágica que brota de los dedos de cualquier hechicero (con hache) es luz de color octarino. Y por supuesto, el sino mágico de una descendencia no recae sobre el séptimo vástago. Sino sobre el octavo.

¿Pero qué hay de todo esto de los números mágicos? La numerología se ha encargado tradicionalmente de asignar a ciertos acontecimientos, casualidades o coincidencias unos motivos basados en la carga mágica de un número que se viera involucrado. Generalmente, hablaríamos de números primos, y aunque el número mágico parece variar de una cultura a otra, todos pensamos en el siete como el número mágico por excelencia.

Citaré el meticuloso trabajo de Gabriel Martínez García sobre el número siete para mencionar que:
El número siete tiene tanta importancia en astrología y alquimia, que siete son los planetas y siete los metales asociados. Oro es el sol, plata la luna, estaño es Júpiter, cobre es Venus, plomo es Saturno, hierro Marte y, finalmente, Hermes es Mercurio.

La historia ha registrado dos guerras de siete años. Una, la que lleva ese mismo nombre, la de la sucesión de Austria; y otra, la que enfrentó a Carlistas y liberales entre 1833 y 1840 en nuestra España.

En literatura, Esquilo escribió Los 7 contra Tebas; a Moreto pertenece Los 7 Durmientes; o incluso los 7 enanitos de Blancanieves. Además, los Infantes de Lara eran 7 también.

Las referencias bíblicas al número 7 son incríblemente abundantes. La comunidad cristiana de Jerusalén eligió a 7 Diáconos para encargarse del cuidado de los pobres. Jesucristo pronunció siete palabras durante su Calvario. Y 7 son también los dolores de María.

Además, el mundo tiene siete maravillas, hay siete pecados capitales, existen siete santos durmientes...

También en el cine tiene el siete un papel fundamental. Hemos hablado de los siete pecados capitales, e inmediatamente todos pensamos en esa pareja de detectives. También eran siete los magníficos y siete los samuráis los que, en dos obras gemelas, protagonizaron dos de las mayores historias de aventuras del celuloide.

Y en Geografía también, pues todos hemos oído lo de los siete mares: el Océano Índico, el Mar Negro, el Mar Caspio, el Mar Adriático, el Golfo Pérsico, el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo. Aunque claro, hoy en día se conocen más de cincuenta mares, y esto simplemente ha quedado como un ladrillo más en el muro en el que descansa toda la simbología referente al número siete.

Pues nada, que como veis, este tema es lo suficientemente complejo como para dedicarle un recorrido mucho más amplio. Y es que, además, navega entre los pagano y lo cristiano, lo mundano y lo esotérico, lo plausible y lo oculto. Pero esto será tarea de algún experto en el tema. Por nuestra parte, sólo recomendar, cómo no, la lectura de Rechicero. Siempre y cuando estemos preparados para cualquier locura a la que nos someta la magia del Mundodisco, o el rechiero en cuestión.

Pirómides, por Juliette Harrisson




En esta segunda entrega de los artículos de Juliette Harrisson, en los que hablamos de las referencias de culturas clásicas en los libros del Mundodisco, le toca el turno a Pirómides. Un recorrido muy ilustrativo por hechos, localizaciones, mitos y nombres propios que aparecen en el libro. ¡Disfrutad!


Mundodisco: Pirómides


Pirómides es una de mis novelas favoritas del Mundodisco. Es una de las primeras (la séptima, concretamente), y se trata de una obra aislada en la que no aparece ninguno de los personajes principales. Me encantaría verla hecha película. Es una elección perfecta, ya que no requiere conocimiento previo sobre el Mundodisco y se centra en imágenes y temas bien conocidos sobre Egipto y Grecia*. Además, me imagino muy sexy a Broncalo.


(*Pero no como las adaptaciones de Sky – una película en condiciones, quizá dirigida por Joss Whedon, Mike Newell o Alfonso Cuarón. Las adaptaciones de Sky están bien, pero parecen tan ensimismados con los escenarios y los trajes que al final no resultan graciosas).

El héroe de Pirómides es Teppic (Rey Teppicymon XXVIII), que se convierte en Rey de la milenaria Djelibeybi cuando su padre muere en un desafortunado suicidio accidental (abrumado por la presión de tener que hacer que el sol saliera todos los días, se acabó creyendo una gaviota e intentó echar a volar). Teppic ha sido enviado a Ankh-Morpork para ser educado (la escena introductoria, en la que hace el examen final en la Escuela de Asesinos, es un pastiche brillante de los exámenes de conducir británicos) y regresa al Viejo Reino con un montón de ideas nuevecitas, sobre todo en lo referente a las cañerías.

Pratchett juega, principalmente, con la imagen preconcebida que todos tenemos sobre Egipto (pirámides, camellos, gatos, cocodrilos...). La idea altamente extendida de que las pirámides conservan el queso se retuerce en el Mundodisco de forma que lo que realmente preservan es el tiempo, y ahí reside la clave del argumento. Egipto no es un área en la que sea experta, pero hasta donde yo sé, la representación que hace Pratchett de la religión egipcia no va demasiado desencaminada – según Jan Assmann, mientras que las observaciones mesopotámicas y griegas de fenómenos naturales se centraban en anticipar el futuro, las egipcias ponían su énfasis en mantener el orden del presente y asegurar que las cosas siguieran tal y como habían sido hasta entonces. (Es posible que esto sea el resultado de la importancia crucial que tienen las inundaciones anuales del río Nilo en la agricultura egipcia).


Teppic ordena la construcción de la pirámide más alta jamás levantada en honor de su padre (que pidió ser enterrado en el mar), y después se ve forzado a huir del país salvando a Ptraci, la criada favorita de su padre, evitando que la echen a los cocodrilos. (Primero leí este libro cuando tenía unos 14 años y fue años después cuando descubrí cómo pronunciar los nombres para pillar la broma – los había pronunciado ‘Puh-trah-ki y Duh-jeli-baye-bi, cuando obviamente se deberían pronunciar Tracy y Jellybaby). Justo cuando cruzan la frontera, el tiempo almacenado en la pirámide causa una ruptura en la realidad y el país entero desaparece, atrapando a Teppic y Ptraci en el país vecino Efebas.

Efebas es la versión mundodisquera de la Grecia antigua. Está gobernada por un Tirano, usando un sistema político nuevo que Teppic piensa que se llama ‘mocracia’. A no demasiado de la frontera, Tepic y Ptraci descubren a los filósofos Xeno e Ídem, disparando a las tortugas, porque Xeno insiste en que debería ser lógicamente imposible disparar a una tortuga en movimiento. Es entonces cuando Teppic es invitado al simposio (casi exacto a un simposio griego, excepto por el plato destrozado al final – parece que se coló algo de la Grecia moderna), en el que conoce a unos cuantos filósofos más y a otros típicos personajes griegos, todos con toga blanca y barba gris.

Xeno es el homólogo mundodisquero de Zenón de Elea, cuya Paradoja de Aquiles sugería que Aquiles no podría cazar una tortuga en movimiento. Copolímero, ‘el mayor narrador de toda la historia del mundo’, que le cuenta a Teppic la historia de la Guerra Espadartana (la armadura de como se llamara resplandecía como resplandece una armadura resplandeciente de buena calidad. Oh, fue una pelea realmente soberbia, sí, y los que pelearon eran el... el cojo no, el otro, el... ¡El pelirrojo!) es presumiblemente Homero. Iesopo es Esopo, obviamente, y Antífono es Aristófanes. No puedo pensar en ningún análogo en concreto para el personaje mundodisquero Ídem; el nombre se refiere a una abreviación latina, a menudo utilizada en trabajos académicos antiguos, y significando ‘en el mismo lugar’.

El relato completo de Copolímero de la Guerra Espadartana, por cierto, es brillante – una perfecta combinación de epítetos épicos, como ‘pelo rojo’ por ejemplo, con esa narrativa oral que aparece más a menudo entre amigos borrachos en un contexto más moderno. También incluye un gran número de pequeños detalles reales de la era de Troya, introducidos junto con todo lo demás, como la referencia de Copolímero a ‘el de la cojera’ (que podría referirse a Filoctetes; ‘Edipo’ también es cojo, aunque no es parte de la era de las guerras de Troya), que “no quería irse, dijo que estaba loco” (ése es Odiseo/Ulises).


En realidad, a quien Teppic está buscando es a a Ptagonal (Pitágoras), que se queja con amargura de que el diámetro de su tarta debería dividirse por la circunferencia multiplicada por 3, y no por 3,14… etc. Éste es el ejemplo más significativo de uso de filosofía clásica en Pirómides, ya que la novela está basada en la idea de que el mundo es, en realidad, como Pitágoras dijo, todo cimentado en las matemáticas. Esto, junto con el hecho añadido de que los camellos son los mejores matemáticos del mundo (porque tienen mucho tiempo para pensar, allá en el desierto, y tienen que realizar complicadas sumas para poner sus piernas en movimiento de forma coordinada) es lo que lleva a todo tipo de acontecimientos en los que nos encontramos con ciudades que desaparecen y pirámides explosivas.

Teppic recupera su camello, Maldito Bastardo, para llevárselo de vuelta a Djelibeybi; mientras tanto, la ausencia del reino ha llevado a Espadarta y a Efebas a reiniciar la Guerra Espadartana. Con la excepción de que, esta vez, ambas partes han construido batallones de caballos de madera y están sentadas, esperando a que el ejército enemigo les ataque. Efebas, que hasta este punto ha representado la Atenas clásica, ahora se convierte en una combinación de Micenas (el reino de Agamenón) y la Esparta clásica - se le ordena a un joven soldado que vuelva con su escudo o sobre él (Plutarco, Moralia, 240 año16), y aun asumiendo el riesgo de morir, el capitán consigue decir “Ve, cuéntale a los efebenses – “ antes de rendirse mientras llega el ejército (Heródoto, 7228).

Una vez que todo está arreglado y el país devuelto a su sitio, Teppic se marcha y Ptraci se convierte en Reina – y en este punto se convierte en la Cleopatra de Cuidado con Cleopatra, contemplando cómo sus invitados se remojan el culo en su baño de leche (por lo que planea instalar una nueva instalación de cañerías). De todas formas, ya tenía medio camino recorrido – las sirvientas de Pirómides son exactamente como las chicas del harén de Cuidado con Cleopatra. El final del libro es precioso y ata los cabos con habilidad para llevarnos a otro nivel – en el que aparece el uso de los uróboros, el símbolo de la serpiente comiéndose su propia cola.

Seguramente se podría decir mucho más sobre Pirómides, pero ahora me tengo que ir a trabajar en mi tesis, así que lo dejaré ahí. Una última nota: hay una review de una película de la que no había oído hablar en The Life of Antoninus Pius, y tiene pinta de ser muy interesante.


Editado para añadir: ¡Olvidé mencionar la Esfinje! Teppic se encuentra con un acertijo típico griego para el que encuentra una solución fabulosa – como no pudo adivinar la respuesta, insistió en que la pregunta era injusta y que se debería transformar en ‘¿Qué, metafóricamente hablando, camina a cuatro patas justo después de medianoche, a dos patas durante la mayoría del día (a menos que haya algún accidente), hasta por lo menos la hora de la cena, en que continúa caminando a dos patas o con ayuda de alguna prótesis de su elección?’ La Esfinje se hace tal lío que deja de preocuparse de si él pasa o deja de pasar.


También olvidé mencionar los sueños, un tema que últimamente me toca de cerca. El sueño sobre las siete vacas gordas y siete vacas flacas es un sueño ancestral de la familia real que nos ocupa, aunque en este caso aparece una vaca en bici o tocando algún instrumento interesante.


Me encantan estas referencias – Me encanta la forma en que se echa por tierra la mitología, ya sea la oscuridad de un acertijo o el relato de un sueño sin cosas propias de los sueños. Y encima es realmente divertido.

Sobre la entrevista amarillista del Telegraph





Hace cosa de una semana, el pasado 28 de Septiembre, el Telegraph entrevistaba a Terry Pratchett, supuestamente, con motivo de la inminente aparición de Unseen Academicals (la última entrega de la saga, por ahora).

Sin embargo, no deja de sorprenderme (y es que es muy jugosa, sobre todo por parte del entrevistador) el tono general del artículo, así como su contenido.

Quien quiera leer la entrevista completa, que siga los enlaces, la verdad es que da mucho de sí. Pero me sorprende que si en el propio título de la noticia nos dicen que estamos ante Sir Terry Pratchett Interview for Unseen Academicals luego la novela no aparezca mencionada más de una vez, y sólo como excusa para seguir erre que erre con la enfermedad de Pratchett.

En este blog ya comentamos alguna vez sobre el tratamiento mediático de la enfermedad, y es en artículos como éste en donde uno se da cuenta de las consecuencias (previsibles o no) a las que debe hacer frente Sir Terry Pratchett cuando decidió convertirse en un personaje público a la cabeza de ciertas reivindicaciones o, incluso, tomando partido en debates a nivel nacional.

No sé hasta qué punto un artículo así puede agradar al entrevistado, pero a mí no me gustaría que, si alguien entra en mi casa para escribir sobre mi trabajo, dedique más de dos párrafos a hablar de la decoración, se centre en el olor a ratones de la casa, la suciedad que hay repartida por toda la vivienda (con una mención especial para el lavabo, hecha con un gusto discutible cuanto menos), o el hecho de que decida tomarse un Brandy a las 11,30 de la mañana. Incluso insinúa el periodista que es tentador asociar todas estas "cosas raras" a la enfermedad. Y a partir de aquí empieza lo que todos querían, ¿o no?

Lo que sigue es una secuencia de su enfermedad, de lo mucho que escribía antes y de cómo lo tiene que hacer ahora, y en definitiva, un texto que empieza a alejarse descaradamente del motivo literario por el que pretendidamente se le hace la entrevista.

Además, el artículo nos sigue dejando perlas como que Pratchett es un hombre pedante, vanidoso y encantado de conocerse, e incluso insinúan que se está convirtiendo en una caricatura de su propio personaje cuando hacen referencia a los complementos con los que suele acudir a convenciones que, recordemos, están organizadas por fans de su obra. No de su cuarto de baño ni de la porquería que pueda tener en el sofá. Ni siquiera de sus 6 pantallas de ordenador en las que trabaja simultáneamente... me gustaría saber cuánta gente "sana" sería capaz de mantener la cordura delante de sólo dos.

Un poco de biografía, un poco de bibliografía, alguna referencia a alguna declaració reciente, y ¡hala! Liquidamos una entrevista con un escritor sin hablar absolutamente nada de literatura.

Pues estupendo. ¿Y la nueva novela? Eso déjaselo a las Webs freaks de fantasía y ciencia ficción, que para eso están.

Es posible que ese día Pratchett estuviera arisco, o incluso de muy mala uva (el rictus de su cara en la foto que acompaña al artículo no es la de un hombre al que le acaba de tocar la lotería, precisamente) pero a mí personalmente me resulta muy chocante que unos periodistas de un diario como el Telegraph hayan podido verse influidos por el trato hostil que les dispensara el autor. Y siempre teniendo en cuenta que esto fuera verdad.
 
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