There are *no* inconsistencies in the Discworld books; ocassionally,
however, there are alternate pasts. (Sir Terry Pratchett, alt.fan.pratchett)

The Science of Discworld III - Darwin's Watch


Terry Pratchett, Discworld, Ian Stewart, Jack Cohen, Rincewind, Unseen University, Ankh-Morpork, Evolution, Charles Darwin, Mundodisco, Evolución, William Paley, Richard Dawkins

`That? Oh, it's just the Luggage,' said Rincewind. The man didn't move. `Sapient pearwood, you know?' Rincewind carried on, watching him anxiously. `It's very clever wood. You can't get the very clever wood any more, not around here.'
`It moves about?' said the possible professor.
`Oh, yes. Everywhere,' said Rincewind.
`I know of no plant life that moves about!'
`Really? I wish I didn't,' said Rincewind, fervently, gripping the man a little tighter. `Come on, after a nice warm drink you'll-'
`I must examine it closely! I am aware, of course of the so-called Venus Fly-'
`Please don't!' Rincewind pleaded, pulling the man back. `You cannot botanise the Luggage!'
The bewildered man looked around with a desperation that was shading into anger.
`Who are you, sir? Where is this place? Why are all these people wearing pointy hats? Is this Oxford? What has happened to me!'

Charles Darwin conoce a Rincewind y al Equipaje

Con este post cerramos la subserie The Science of Discworld, tras The Science of Discworld y The Science of Discworld II: The Globe.

En esta tercera entrega, el argumento sigue retorciéndose y bordeando el absurdo (y en ocasiones, zambulléndose en él con los pies atados a una roca muy pesada). Recapitulemos: en The Science of Discworld, los magos de la Universidad Invisible intentan "divividr el thaumo" en uno de sus experimentos (una de las muchísimas alegorías al mundo científico, en este caso a la indivisibilidad del átomo, el cual, como bien dijo Einstein, "es muy difícil de romper, aunque no tanto como un prejuicio"). Sin embargo, esto provoca que se cree un mundo circular, gentileza del superordenador HEX, al que creo que habría que hacer más caso, porque parece ser uno de los personajes más inteligentes y justos del Mundodisco. A este mundo circular lo bautizan como Mundobola. Este descubrimiento despierta enormemente el interés de los docentes (es un decir) de la Universidad, ya que se rige por unas reglas diferentes a las del Mundodisco. En The Science of Discworld II: The Globe, los magos se erigen como protectores del Mundobola, guiando a la humanidad tal y como la historia cuenta, y evitando la invasión de los elfos en el mundo. Sin embargo, parece ser que esta intromisión provoca un efecto mariposa, desencadenando un futuro en el que la humanidad se extingue como consecuencia de una (otra) glaciación. Esto resulta estar íntimamente relacionado con el futuro paralelo que se crea como consecuencia de la manipulación a la que los magos someten al Mundobola. En este futuro paralelo, un tal Charles Darwin nunca escribió El Origen de las Especies, ni realizó ningún trabajo de investigación que resultara revolucionario para la concepción de la vida, sino que se convirtió en un pastor (religioso) de pueblo, y escribió un libro llamado La Teología de las Especies (en inglés, The Ology of Species). Esto provoca un retraso de varios siglos en el avance centífico y tecnológico de la humanidad, e impidiendo que existan medios para escapar de la tierra en el momento de la devastadora glaciación.

Una vez contextualizado un poco el libro, pasamos a analizarlo con algo más de detalle.

En primer lugar, el título me parece tener un doble sentido de la misma manera que pasaba en la segunda entrega, llamada The Science of Discworld II: The Globe. En este volumen, The Globe venía a referirse, claramente, al mítico teatro en el que William Shakespeare estrenó gran parte de sus obras, y es que para comprender la sociedad isabelina de Mundobola, los magos entran en contacto con el escritor más venerado de la historia, puesto que es el ejemplo de que los hombres han evolucionado hasta el punto de ser capaces de crear arte objetivamente bello. Y se convierten, así, en un blanco fácil para los elfos y su constante cacería de almas por medio del embelesamiento y la seducción cultural. Sin embargo, The Globe indicaba una clara referencia a la forma esférica que tantos quebraderos de cabeza da a los magos, empezando por, cómo no, la forma de la Tierra. Aunque no la única, ya que Ponder Stibbons es muy claro en subrayar la sorpresa que le produce el hecho de que la luz se pueda doblar, mostrando así un comportamiento muy distinto al de la luz del Mundodisco.

En The Science of Discworld III: Darwin's Watch, también se aprecia un doble sentido. En primer lugar, podríamos traducir este subtítulo por El reloj de Darwin. Aquí merece la pena detenerse un poco.

El gran tema sobre el que gira el libro que nos ocupa es la dicotomía entre Diseño Inteligente y Diseño Evolutivo. Es decir, la oposición entre una postura que se postula en favor de la existencia de un Dios, argumentando que los diseños que nos rodean evidencian la existencia de un diseñador inteligente, y, por contra, la postura que se sostiene en los cimientos de la evolución darwiniana: la evolución se da por combinaciones genéticas aleatorias que pueden desembocar en descendencia más apta para la supervivencia y, por tanto, con más probabilidades de sobrevivir y de transmitir sus rasgos, alimentando el meme (cuestionado en un interesante pasaje del libro) que todos conocemos sobre la evolución: La supervivencia del más apto.

Para sostener la teoría del diseño inteligente, se hace una referencia a la analogía del relojero, enunciada por William Paley, y que se puede resumir en (extraído de Wikipedia): si encontráramos un reloj abandonado, la compleja configuración de las partes nos llevaría a concluir que todas las piezas han sido diseñadas para un mismo propósito y dispuestas para un uso concreto, y que alguna inteligencia superior debió hacerlo.

Por otra parte, Darwin's Watch también se podría traducir como La Vigilia de Darwin, o La Observación de Darwin. Y creo que esto tiene sentido en tanto que un Charles Darwin ficticio es abordado por unos vehementes magos, que le muestran algunos aspectos totalmente increíbles (como la existencia de un Dios de la Evolución en el Mundodisco), lo que le supone, aunque sea en lo que él cree que es un sueño, convertirse en un observador privilegiado sobre una teoría evolutiva que, combinada con su investigación, dará lugar a uno de los libros más influyentes de la historia de la humanidad. Hay una escena, en la que este Dios le cuenta a Darwin algunas de las mejoras que tiene pensadas para las especies animales de la tierra (como conseguir ballenas voladoras, por ejemplo), y se las muestra, que es mítica.

Por lo que se refiere al libro en sí, la estructura es fácilmente reconocible para quien haya leído los dos capítulos anteriores, intercalando episodios de divulgación científica con los capítulos de la historia del Mundodisco, con los magos como protagonistas.

No obstante, en este caso creo que no existe una coherencia ni una homogeneidad tan exquisita, como sí la hubo en los dos libros anteriores. En los capítulos científicos, escritos por el matemático Ian Stewart y el biólogo Jack Cohen, llama la atención el desajuste en el tema al que los autores nos someten. No he comprendido muy bien el porqué de la explicación de ciertos temas, algo que no me ocurrió en los dos episodios ya comentados aquí, y creo que hay intentado condensar demasiada información en poco espacio. Esto, y quizá puede ser problema del idioma (o de lo denso de ciertos temas), me ha hecho pasar alguna página sobre temas que me resultaban totalmente incomprensibles. Aunque fascinantes, temas como los viajes en el tiempo o detalles matemáticos de lo más duro (o no, pero al menos a mí me lo parecieron) me han obligado a detenerme mucho más de lo deseable en, incluso, párrafos de tres líneas, para conseguir entenderlos.

La parte, pues, de divulgación científica, es la más floja de los tres libros de esta subserie, mientras que, por contra, la historia contada por Pratchett, desde el principio hasta el final, va creciendo en interés, hilaridad y fuerza.

Me pareció acertadísima la inclusión de Shakespeare como personaje, y me parece aún mejor que lo haya hecho con Darwin. Les regala pocas líneas, supongo que para evitar caracterizarlos con un estilo propio cuando estos personajes realmente sí existieron. Sin embargo, la caracterización del científico es genial, transmite la sorpresa de quien acaba de tener una revelación que hace temblar los cimientos de su escala de valores y sus creencias (en el libro se nos recuerda que Darwin no era un ateo en el sentido que hoy damos a esta palabra), y nos hace sentirnos muy cómplices, muy cercanos a un hombre (joven aún) que se encuentra apabullado ante el descubrimiento que sabe que dentro de poco revelará.


The Science of Discworld III: Darwin's Watch también ofrece una explicación detallada sobre qué es el método científico (recordemos el reloj de Paley), cómo trabaja la ciencia, cómo se ha ido construyendo un sistema ampliamente difundido y arraigado en todo el mundo, y cómo se contrapone este método al teológico, basado principalmente en un dogma de fe sin el que sería inexistente. En este sentido, hay algunos ataques duros a los fundamentalismos religiosos, algo que no debería sorprender, sobre todo teniendo en cuenta el contexto sobre el que gira el libro, y también, el perfil de estos tres autores. Sólo faltaba Richard Dawkins... pues no, no faltaba. También aparece, y es que no hay que olvidar que es el cerebro detrás de The Blind Watchmaker (El Relojero Ciego), un documental que expresa unas ideas, digamos, al otro lado de la ciudad de las ideas enunciadas por Paley.

En fin, la culminación de The Science of Discworld está a la altura, sobre todo, insisto, por el genio de Pratchett para trasladar a la eterna lucha ideológica y dialéctica entre los magos (Ponder y Ridcully, principalmente) un concepto tan complejo y tan provocador. Y, a pesar de lo dicho, la parte científica es generalmente apropiada, y a pesar de algunos, en mi opinión, desvaríos, no suele estar demasiado alejada del tema de la historia. Aunque habría sido deseable un esfuerzo para centrar más los temas que se tratan.

Recordar también la aparición de los Audiotores, aunque si nos pusiéramos fundamentalistas, habría que mencionar que no parecen tener la misma fuerza y poder de intimidación que en sus primeras apariciones. Sin embargo, y es una opinión personal, la capacidad de Ridcully para obviar cualquier tipo de peligro, con la tozudez como arma principal, está demasiado por encima de entes reificados, como en este caso los Auditores.

Y para terminar, una mención al Decano, que en esta novela gana un protagonismo merecidísimo y que me ha hecho reír muchísimo. Mucho más que un Rincewind que se pasa la mayoría del tiempo escondiéndose, y creo que, acertadamente, deja paso a otros personajes más frescos y menos melancólicos.

Ojalá salga esto traducido al castellano. The Science of Discworld es una de esas obras que estoy seguro de que ganarán muchísimo leídas en el idioma original. El problema que veo es que, para facilitarnos la lectura, sería bueno que la traducción se llevara a cabo por gente con conocimientos de matemáticas, biología y Mundodisco. Porque se trata de obras extremadamente exigentes.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo estoy terminando ahora mismo :) A mí me da la impresión de que el hilo conductor de los capítulos científicos es precisamente el método científico, sobre todo usando a Darwin de ejemplo y aprovechando para meter algunas de las teorías más recientes. A ver si esta noche me lo acabo...

luis dijo...

me ha parecido durilla la parte científica, muy interesante, pero demasiado sesuda a veces.

de todas formas me ha encantado, los 3 libros son una joya!

Guzz dijo...

Muchas gracias por curraros este blog. No lo conocía y me parece la reostia.
Me he leido varias veces todos los de la saga de Rincewind, la Muerte y la Guardia (que es lo más grande que ha parido madre desde los Python) que se han traducido, y ahora quería empezar la saga de la brujas y/ook pillarme alguna "independiente". Me han recomendado "Brujerías" e "Imágenes en acción"... ¿Dáis el visto bueno?

luis dijo...

La verdad es que la saga de las brujas creo que se debe leer en orden de publicación, porque hay cosas como la progresiva desaparición de Magrat o la evolución de las otras dos que sólo se aprecian si se leen las novelas en orden. Imágenes en acción no es de mis favoritas, pertenece a una subserie conocida como "revolución industrial", en la que tienes la propia Imágenes en Acción, La Verdad (muy divertida) y Monstruous Regiment (que será la próxima en salir en castellano). Aunque no tienen nada que ver entre ellas, sí que comparten ese contexto. ¿Has leído Dioses Menores? Puede ser una gran elección para ser tu siguiente lectura :)

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