There are *no* inconsistencies in the Discworld books; ocassionally,
however, there are alternate pasts. (Sir Terry Pratchett, alt.fan.pratchett)

¿Qué calidad?


Antes de nada, comentar que la sequía en los posts de estos meses de verano ha sido consecuencia precisamente de eso: del verano. Una época muy mala para sentarse delante de un ordenador a escribir, ¡y aún así han pasado muchas cosas! Y también expresar mi intención de volver a un ritmo de publicación relativamente frecuente. Hay más de un proyecto en camino.

"Calidad literaria" es un término puñetero en sí mismo. Es a la literatura lo que el burka al fundamentalismo islámico: una herramienta institucionalizada que se puede usar en contra de cualquier movimiento (no me he atrevido a llamarle evolución) dentro del ámbito en el que se encuentran. Imaginad ser un escritor aclamado por la crítica internacional, nadando entre la riqueza que tus novelas te proporcionan, conocido e idolatrado por una legión de sguidores que organizan eventos y convenciones sobre ti... pero que en el corazón del mundo literario, en la raíz misma de tu éxito y en el mundo que te pone el pan en la mesa cada día, ahí hay un "pero". Y qué "pero", ¿verdad? Cuestionando, ni más ni menos, que la calidad de tu obra.

En un reciente artículo, Terry Pratchett afirma "ser aún un gacetillero" (recordemos que su vida "literaria" antes del Mundodisco se reduce a haber sido reportero en un diario local, o como agente de prensa en una central nuclear, ), sin que el entrevistador aprecie ni un ápice de orgullo, y sí algún rasgo desafiante en su afirmación.

En primer lugar, creo que deberíamos diferenciar entre aquellos escritores (normalmente de ficción, aunque no exclusivamente) que trabajan en un ámbito lucrativo y cuyos trabajos gustan al gran público (aunque no necesariamente a sus compañeros de profesión), y aquellos autores que publican trabajos más rigurosos y que requieren un análisis formal y de contenido más específico.

Y es que Terry Pratchett escribe literatura de aeropuerto, igual que Dan Brown, J.K Rowling, Isaac Asimov, John Grisham, Stephen King, Stieg Larsson... Muchos críticos de estas obras esgrimirían argumentos relacionados con el concepto de "baja calidad literaria" para menospreciar las obras de estos autores. Y estos críticos, fundamentalistas de su tiempo, normalmente ávidos lectores de los clásicos y con enormes dificultades para leer a alguien que siga vivo, cometen un error.

En primer lugar, y aunque no queremos parecer demasiado pedantes en este blog, sí conviene recordar que existen elementos objetivos que dotan a un texto de "calidad literaria", o "literariedad". Sin embargo, estos elementos no son imperecederos en el tiempo, han ido evolucionando junto con la sociedad y con las personas que escribían y leían. Así, el modelo clásico entra en crisis y da paso a un nuevo paradigma (una nueva óptica) de estudio literaria. Y esto ha pasado desde que el hombre comenzó a hacer cosas, y durará para siempre, porque está en la naturaleza misma de las personas.

Y ahí está el problema, que esas características eminentemente literarias están cimentadas en un canon específico del que salieron autores con un perfil determinado y con un estilo específicamente adecuado para su tiempo. ¿Por qué aún seguimos hablando de "literatura de mujeres" o "literatura de minorías étnicas"? Sencillamente, porque no hemos sobrepasado el canon de escritor (y no escritora) blanco, que como mucho podría convertirse en objeto de culto como poeta maldito.

Por ello, desde aquí, al igual que el artículo que da pie a esta entrada, nos posicionamos en contra de los fundamentalismos y los radicalismos en el ámbito del arte, y animamos una vez más a nuestros escritores favoritos a que sigan publicando al ritmo que consideren oportuno. ¿Por qué leer sólo 5 si se pueden leer 35, y encima nos gustan (casi) todos?

2 comentarios:

Ministry of Silly Walks dijo...

Muy interesante lo que escribes.
Soy fan de Terry Prattchet y de muchísimos otros escritores con "calidad" o sin "calidad" literaria, dirían los críticos.
Hay libros buenos y libros malos y los lectores sabemos reconocerlos. Que no tengan que ver con las exigencias de los críticos es otra cosa. Al final el único crítico que vale es uno mismo.

luis dijo...

El caso es que cosas como la inclusión o no en un canon literario influye en cosas como, por ejemplo, que un escritor sea estudiado en las universidades o no... Por ejemplo, a Grisham se le estudia mucho en traducción jurídica, y su literatura es ligerita como ella sóla.

Y sinceramente creo que, llegado el momento, Pratchett merecería estar incluido en los estudios de literatura inglesa por muchos motivos. Mira, idea para otro post :)

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